La pregunta del millón que le hicieron aquella noche hizo que se le formara un nudo en la garganta. La pilló por sorpresa, no se la esperaba en absoluto y eso hizo que le empezase a recorrer un intenso calor por el cuerpo.
- ¿Qué quiere una chica enamorada con los pies en la tierra?
¿Qué decir? Ni una palabra salía de su boca; solamente, ruidos inconexos. ¿Qué hacía? ¿Optaría por aparentar la seriedad por la que era conocida o, era sincera por una vez consigo misma?
- Mmm... No sé.
¿No sé? ¡Qué gilipollez! Ella sí sabía. Pero no quería hablar y a la vez sí quería. Dos titanes luchaban en su cabeza por saber quién mandaba allí. Y era el silencio de una chica cuerda quien reinaba sobre lo que quería expresar; pero los gritos de locura atronaban sus pensamientos noche, tras noche...
- Quiero perder la cabeza contigo. Quiero volverme loca a tu lado. Quiero acabar perdida junto a ti. Quiero romper con la cordura que nos ata al mundo.
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