viernes, 29 de noviembre de 2013

El Camino

Siendo día como hoy
tal es frío ciertamente
aunque el sol luzca en el cielo
y el viento ruja muy fuerte
y las sombras del camino
y los recuerdos del pasado
se vienen a la memoria
de todo aquel que haya visitado
antaño apartado bosque
que muy pronto ahora pisamos.

El camino lleno está
de barro, agua y hojas secas
y pasando por encima
con andar lento y firme
una sombra se aproxima.

De gran poder y envergadura
el rocín lo lleva a cuestas,
en el lomo se espereza 
a aquel gato dormilón
del que nunca se separa.
Y volando a su cabeza
llega la bella golondrina 
llevando en su pico
una felicidad divina.

Al final del camino espera
cierta casa derruida
la madera fracturada
los cimientos peligrosos
tambaleantes allí esperan
todo quieto, todo solo
sin un alma que lo habite
ni un ser que lo visite.

Y a su lado el árbol queda
el único que respira
y el viento sopla con fuerza
y sus ramas que ya agita.
y el columpio roto mece.

Entre el viento se estremece
una ardilla regordeta
junto a ella un lobo hambriento
y también una jineta.

Por el pasto hay un conejo
y más atrás un jabalí.
Y el caballo llega a tiempo
con el gato y golondrina
va a parar al otro extremo
donde miran con pericia.

A la espera de algo nuevo,
allí nadie se reúne 
menos este día frío
excepción que ahora se cumple.
Esperando a la cigüeña 
que junto al búho se posa 
en lo que fue la casa grande
majestuosa, gloriosa
ahora errante
una fosa
La pérdida de la inocencia
la esperanza ya no aflora
Como nada en aquel campo
y todavía faltan cosas.

Ni la rata, ni el pato...
Muchos se han olvidado
Pero lo que antes fue querido
Hoy tendría que ser recordado

Todos allí esperan, 
a que ocurra algo nuevo.
Algo nuevo que no llega
y la espera les atormenta
y ya nada se recuerda.

Poco a poco se vuelven.
Se marchan del claro
Ya no hay nada allí
El viento, las hojas, el agua, el barro
lo que fueron flores
ahora todo son yerbajos 
El olor a nuevo se ha ido
Lo podrido permanece

Uno a uno se van yendo.
Y a lo lejos
¿quién mira?
¿quién no viene?

Quien no venga
que se dé por olvidado.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Tu Recuerdo

Tu recuerdo sigue aquí. -Como un aguacero-.
Rompe fuerte sobre mí. -Pero a fuego lento-.
Quema y moja por igual. -Yo ya no sé lo que pensar-. 
Si tu recuerdo me hace bien o me hace mal.

Un beso gris, un beso blanco.
Todo depende del lugar.
Que yo me fui, eso está claro.
Pero tu recuerdo no se va.
Siento tus labios en las noches de verano.
Ahí está, cuidándome en mi soledad.
Pero a veces me quieren matar.

Tu recuerdo sigue aquí. -Como un aguacero-.
Rompe fuerte sobre mí. -Pero a fuego lento-.
Quema y moja por igual. -Yo ya no sé lo que pensar-.
Si tu recuerdo me hace bien o me hace mal.

A veces gris, a veces blanco.
Todo depende del lugar.
Que tú te fuiste, eso es pasado.
Sé que te tengo que olvidar.
Pero yo le puse una velita a to's mis santos.
Ahí está, pa' que pienses mucho en mí.
No dejes de pensar en mí.

Tu recuerdo sigue aquí. -Como un aguacero-.
Rompe fuerte sobre mí. -Pero a fuego lento-.
Quema y moja por igual. -Yo ya no sé lo que pensar-.
Si tu recuerdo me hace bien o me hace mal.

-Piensa en mí- Es antídoto y veneno al corazón.
-Te hace bien- Que quema y moja, que viene y va.
-¿Tú dónde estás?- Atrapado entre los versos y el adiós.

Tu recuerdo sigue aquí. -Como aguacero de mayo-.
Rompe fuerte sobre mí. -Y cae tan fuerte que hasta..., me quema hasta la piel-.
Quema y moja por igual. -Y ya no sé lo que pensar-.
Si tu recuerdo me hace bien o me hace mal.

Tu recuerdo sigue aquí. -La lo lay lelo lelo ... -.
Rompe fuerte sobre mí. -Pero que rompe, rompe, el corazón-.
Quema y moja por igual.
Sé que te tengo que olvidar.
Tu recuerdo me hace bien y me hace mal.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Hablar, y lo que surja (?)

Principalmente soy de la opinión de que "hablando se entiende la gente."
Para solucionar un problema es necesario hablar, porque los problemas no se arreglan por sí solos. Ni siquiera el tiempo soluciona problemas que no se han hablado antes, por mucho que os digan que sí.
Que no os vendan esa mentira.
Supongo que esto es bastante obvio, que todas las personas "adultas" lo conocen y lo aplican, pero sé que no es así. Ni la mínima parte de las personas que conozco se decanta por hablar antes que dejarlo pasar. 
¿Por qué será? ¿De quién estoy rodeada?
De verdad que hay muy poca gente que conozca que hable las cosas y es una pena. Dejan pasar lo sucedido, como si fuera a esfumarse, como si se arreglara la situación sola...no obstante, no se solucionará así por las buenas, como si no hubiera pasado nada. Las cosas no se dejan pasar y ya está. No se olvidan por las buenas. Se cree que no se volverá a hablar del tema. No.


Reflexionad sobre esto. Es muy importante. Se puede llegar a perder a la gente por cosas así. Si se pierde esa comunicación luego será muy difícil recuperarla de nuevo, o es muy posible que nunca se vuelva a estar como antes.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Páginas

"La gente cuando comienza un libro espera terminarlo. Esto implica ir página por página leyendo lo que ocurre a lo largo de todo el libro. Es de cajón saber que si alguien te pone una mano encima de una página que tu acabas de terminar y lo que quieres es voltearla para seguir leyendo, no puedes porque hay una mano encima que te lo impide. Lo normal sería apartarla. Lo haces. Pero insiste en que te quedes en ese punto del libro. No te deja continuar. Insistes en quitarle la mano y él vuelve a ponerla encima.
Tú te irritas, lógicamente, porque quieres leer más y te lo impiden. Así que llega un momento en el que te hartas -o debería llegar ese momento-, pegas al capullo de la manita y tranquilamente consigues leer el libro. Y lo acabas."

Ésta es una preciosa metáfora aplicable a todo. Todos los ámbitos, casos y situaciones imaginables de vuestra vida. Intentadlo.
Pensad en eso que no os deja continuar, dadle una paliza cuando os canséis -paliza metafórica, por favor- y seguid vuestro camino.


jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Dónde está el peligro?

Retomo mi escritura reflexiva, esta vez desde un punto de vista distinto más...más de universitaria (?)
En este caso hablo del peligro. Sí. Como futura criminóloga -espero- voy a tener que lidiar con situaciones de peligro o relacionado con. Pero en estos momentos voy a pasar del derecho, de lo jurídico y de la norma para referirme a este concepto, pero de forma más concreta a aquello que supone un peligro.

-¿Y por qué hablas de esto?

¿En serio? ¿Otra vez las voces? Pues hablo porque todos tenemos algo que supone un peligro para nosotros mismos y me gustaría compararlo con algo que está muy mal acogido/aceptado en la sociedad del s. XXI. Esto son las armas.

-Las armas son peligrosas, aquí y en Sevastopol.

Ya. Sí. Verás... No.
Bueno.
Sí y no. Por eso quiero explicar el peligro. ¿Me dejáis?

-...

Pues sí. Las armas. Son peligrosas. Sí y no. Como ya he dicho, todos tenemos algo peligroso para nosotros mismos y sabiendo todavía que es peligroso, que nos puede hacer daño, que podemos salir muy mal parados si seguimos con ello, lo tenemos. Lo guardamos y no lo soltamos. 

El peligro de tener un arma es que se puede usar para hacer daño. Pero, ¿y si no se usa para eso? ¿Y si no se usa y solamente la tienes? Te recuerda algo. Te la dio alguien. Nunca la has usado, nunca la vas a usar porque no quieres hacerlo, no tienes ningún motivo aparente para usarla. ¿Sería un peligro tenerla?
El peligro llega cuando se hace un uso inadecuado de objetos que pueden provocar un daño. El peligro, entonces, proviene de quienes son capaces hace hacer una acción. Nosotros.

Tenemos el concepto de arma demasiado cerrado. Demasiado concentrado en "arma = pistola" y no es así. Un arma es todo aquello que podemos emplear para hacer un mal a algo o a alguien. Lo bueno -y malo a  veces- que tiene el castellano es que tenemos palabras para todo y para nada a la vez. Podemos especificar o no si así lo deseamos. En este caso "arma" es demasiado específico en la sociedad, sin embargo, es un concepto muy general y no lo tenemos asumido.
Un arma puede ser una botella, un palo, una piedra, una cuerda, una silla, una palabra, una persona...
En nosotros mismos está la voluntad de usar todo lo que tenemos a nuestro alcance como si fuera o no un arma.
Deberíamos guardar todo aquello peligroso que tenemos, conservarlo o deshacernos de ello, tirarlo y no volver a verlo nunca más, eso es opción nuestra. Pero siempre pensando en todo lo que supone.
¿Qué tiene de malo guardar un arma que nunca vas a utilizar? ¿Qué tiene de malo guardar unos mensajes que nunca vas a leer?
No puedes deshacerte de eso sin más. Simplemente, no puedes.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Nuevo comienzo... Again

Y con "La mejor historia jamás contada" que, por cierto, se asemeja al título de una película sobre Jesucristo, termina mi etapa -por ahora- de escribir cuentos cortos.

-¿¿¿POR QUÉÉÉÉÉÉ???

Ya sé que os encantaban, lo veo en las visitas que reciben... Son cifras desorbitadas...
Sinceramente, dos líneas de una historia que no es mía, pero que me parece el mejor cuento corto del mundo, han conseguido más visitas en un día que cualquiera de las mías en varias semanas. Con esto he captado la indirecta -capullos-.

-¡¡¡JOOOOOOOOO!!!

No, no. Esto es más difícil para mi que para vosotras (voces en mi cabeza). Pero no pasa nada. Esto significa un nuevo comienzo del blog. Cual ave fénix resurgiendo de sus cenizas (que metáfora más poco demandada). Quizás vuelva a la prosa poética -tenían más visitas que mis historias-, o toque la crítica, o me introduzca en la sátira; puede incluso que escriba sin decir nada, siempre me interesó la vanguardia dadaista. 
Quien sabe...

-Tendrías que haber puesto imágenes en las historias...

¡Callaos!



martes, 5 de noviembre de 2013

La mejor historia jamás contada

"Era verano y hacia calor. Rachel estaba allí... en un solitario sofá. ¡Eh! ¡Mira!... gritó Ned. ¡¡¡Y así el reino fue suyo para siempre!!! Fin."

Cuentos cortos (5)

"Estaba cansada de siempre lo mismo. Otra noche era la que había pasado llorando en su cama, golpeando la almohada, pataleando sobre el colchón, empapando las sábanas con sus lágrimas hasta quedarse dormida por el agotamiento en su cabeza. Otra noche era la que había pasado hasta quedar rendida, exhausta hasta las 5 de la mañana. Cuando se levantó a las 9 apenas podía ponerse en pie. Se sentía como si un camión hubiera pasado por encima suyo, eso físicamente. Anímicamente se sentía como si el mismo conductor del camión le hubiera escupido antes y después de haberla arrollado.
Fue al baño y vio su espantoso reflejo en el espejo. Los ojos hinchados y rojos debido al llanto y a las horas de sueño que todavía le faltaba por recuperar. Las ojeras cubrían buena parte de su delgado rostro. Se daba cuenta de que había perdido mucho peso en el proceso de recuperación. Pero lo malo de ese proceso es que estaba siendo eterno y no llevaba a nada bueno.
Tras lavarse la cara volvió a la cama y se tapó hasta la cabeza. Aquel día no iría a clase -como ninguno de los anteriores- y pensó que allí dentro todo era mejor, más tranquilo. Había paz entre las calientes sábanas y los espumosos cojines. Si no se levantaba no habría problemas en su mundo, y su mundo allí dentro le gustaba."