Reían. Todos reían a su alrededor, pero las risas nunca escapaban de sus labios. Lo único que brotaba de ella eran lágrimas, lágrimas al ver y al saber que esas risas las provocaba ella. A pesar de ser una sombra, de querer ser ignorada, para que las risas cesaran, no lo conseguía, sino que las aumentaba.
Pasaron de las risas a las burlas y de ahí a las mentiras. Luego llegó el desprecio y con él un dolor intenso proveniente de empujones y arrebatos de histeria que los demás profesaban contra ella.
"¿Por qué?" -se preguntaba, si nunca le había hecho nada a nadie.
Y la respuesta apareció en su mente, se posó como un pájaro lo hace sobre una rama: ligero, suave y dulce: "porque no soy como ellos, porque jamás le haría esto a otra persona, porque nunca me reiría de nadie, ni me burlaría de él, ni mentiría sobre él; tampoco le despreciaría, ni mucho menos le empujaría ni descargaría mi histeria en esa persona".
Y...¿cómo eres?
STOP BULLYING!